Según los hechos, la mujer se encontraba en una fiesta, donde
observó a su esposo que se encontraba bailando con cuatro mujeres más, por lo
que la hoy judicializada al parecer intervino y con arma blanca se presume
lesionó a las mujeres, propinándole heridas graves a la altura del corazón a
una de ellas, la víctima mortal.
Sotelo Tuquerres se presentó de manera voluntaria a la
estación de Policía de San Agustín donde entregó el arma blanca con la que al
parecer habría cometido el ilícito. La incautación del arma fue legalizada
durante las audiencias preliminares concentradas.
Al acoger la solicitud de la Fiscalía, un juez con función de
control de garantías aseguro en centro de reclusión a la imputada, luego de que
no aceptara su responsabilidad en los hechos.