Jhon Falla, padre del adolescente, contó que el menor
caminaba “con dos compañeritas del colegio” cuando fueron interceptados por los
delincuentes.
“A las niñas, un venezolano le puso un revólver en el pecho.
Le pidió el celular y la niña le dijo que no tenía celular. Le pidieron el
celular a mi hijo, mi hijo se lo pasó normal, sacó su celular, alzó la camiseta
y se lo pasó. Al momento de él pasarle el celular, el venezolano le metió el
tiro en el abdomen. Mi hijo cayó al suelo, se quedó mirando a la compañerita y
le dijo ‘tranquila, no pasa nada’ y ya, se fue cerrando los ojos, lo llevaron
para la Clínica del Occidente y llegó sin signos vitales”, agregó sollozando.
El papá de Miller Stiven Falla no entiende por qué “le
cortaron el futuro a un niño deportista. Desde los 5 años entrenaba el fútbol,
llevaba 10 años entrenando el fútbol, no se merecía que me le hicieran una cosa
de estas a mi hijo. Por favor, exijo justicia”.
El adolescente jugaba con el grupo Sub-15 América de Cali en
el Club Andino de Bogotá.
Giovanny Marín, directivo del equipo, afirmó que es
“totalmente inaceptable que por la situación de inseguridad por la cual
atravesamos cobre la vida de un niño e interrumpa sus sueños, todo por robarle
un celular”.
El mayor Luis Acosta, comandante de la estación de Kennedy,
afirmó que se trabaja “con todas las unidades de Policía Judicial e
Inteligencia mediante la investigación para poder dar con la captura de estas
personas, que serán judicializadas y puestas a disposición de la Fiscalía
General de la Nación”.
El padre de Miller Stiven Falla dice que no quiere que otros
sufran lo que él. “Hoy fue el hijo mío, mañana quién sabe el hijo de quién.
Exijo justicia”, insistió.
Este futbolista asesinado será recordado como el joven que
deslumbraba con su juego en la cancha, el que madrugaba todos los días a las
cinco de la mañana con disciplina para entrenar y que perdió la vida, sus
sueños, en medio de un robo por un celular.
Tomado de: noticias caracol