De acuerdo con la Fiscalía General de la República, César
Alfredo Romero Chávez, líder de la MS-13, "es el responsable de 24 casos
de homicidio agravado. Los cuerpos de las víctimas fueron enterrados en
cementerios clandestinos".
Entre las víctimas de Romero se encuentran dos policías y el
hijo de un periodista. Todos los hechos ocurrieron entre 2016 y 2019. A pesar
de la elevada condena, el Código Penal de El Salvador establece que la pena
máxima de permanencia en la cárcel es de 60 años.
El Congreso de El Salvador, controlado por aliados del
presidente Bukele, ha extendido al menos hasta fines de julio un régimen de
excepción, que permite detenciones sin orden judicial.
La medida inició a fines de marzo, como reacción a 87
asesinatos ocurridos durante un fin de semana, todos atribuidos a actividades
de las pandillas. El Parlamento también ha endurecido las penas por pertenecer
a estas organizaciones, principalmente la MS-13 y Barrio 18, que operan en el
país, dedicadas entre otras cosas al tráfico de drogas y extorsión.
Hasta antes de la arremetida del gobierno, estaban
encarcelados unos 16.000 de sus miembros, pero con las detenciones de los
últimos tres meses estarían tras las rejas 59.086, un 84% de los 70.000
miembros que oficialmente se considera existen en el país.