Pasó a recoger a sus hijos y nunca más se supo de ella,
hasta que hicieron un allanamiento en la casa del hombre.
Como Magdalena Aguilar Romero, de 28 años, fue identificado
el cuerpo hallado en ollas y un refrigerador del estado Guerrero. Reportes de
las autoridades tenían consignado que la última vez que se supo de ella fue el
13 de enero, tras una llamada a su mamá.
Justamente en esa comunicación avisó que pasaría por la casa
de su exmarido para recoger a sus dos hijos y que después iría a la iglesia. La
madre del hombre, identificado como César Gómez, afirmó que la joven sí estuvo
en la casa pero que se marchó sin los niños.
Pasaron nueve días y no había conocimiento del paradero de
Magdalena. Sus familiares pidieron revisar la casa de su expareja, pero los
esfuerzos fueron infructuosos hasta que planearon un plantón para exigirlo.
Antes de que se realizara la manifestación, autoridades
aceptaron el cateo en la residencia de Gómez. Las sospechas de sus familiares
se hicieron realidad, pero en dimensiones que ninguno se imaginaba.
Sobre una estufa con tres fogones hallaron una olla. Allí
dentro estaban los brazos y las piernas de Magdalena en estado de cocción. En
la misma cocina había una bolsa que contenía la pelvis de la víctima.
Dentro de un refrigerador estaba el resto del cuerpo en
estado semicongelado.
La justicia mexicana tomó el caso y señala a César Gómez
como principal sospechoso. De hallársele culpable, pagaría una pena no menor a
los 40 años de prisión.
Por: Redacción Caracol