Al hallar tal escena, la sacó de inmediato del agua y trató
de resucitarla. Pese a que fue llevada a un centro asistencial, falleció.
Durante una audiencia que se llevó a cabo en las últimas
horas, Joely Eastham-Jone, madre de la pequeña, aseguró que la bebé estaba en
un baño de burbujas. Cuando la mujer procedió a sacarla del agua, la niña le
dijo que quería “seguir jugando con las burbujas”.
En ese momento Eastham-Jone se percató de que no había
toallas en el baño, por lo que procedió a ir en búsqueda de unas.
John Gittins, fiscal, aseguró que la madre salió del baño
hacia una habitación y que podía escuchar a la bebé cantando y jugando.
De un momento a otro oyó que un cepillo golpeó contra el
borde de la bañera y al regresar corriendo la encontró “tendida boca abajo en
el agua la levantó y la vio rosada, flácida y no respiraba".
Se conoció que la madre puso a la menor en el suelo y le
practicó reanimación cardiopulmonar. En ese momento la menor expulsó agua por
la boca. De inmediato, la mujer llamó a emergencias y en 5 minutos la niña fue
trasladada, en avión, al Royal Stoke University Hospital.
Pese a que la menor recibió un tratamiento que incluía
oxígeno y adrenalina, la niña murió en la madrugada del día siguiente en Gales.
Un examen post mortem reveló que la pequeña sufrió un daño
isquémico en el cerebro, los riñones y el corazón. Además, que la causa de la
muerte fue una falla orgánica múltiple, consistente con ahogamiento.
Los forenses dictaminaron que la muerte de la niña fue accidental