Luego de la detección de una gran llamarada solar el 3 de julio pasado, la Nasa acaba de anunciar que el fenómeno, tras abandonar el sol, se mueve rápidamente hacia la atmósfera de la Tierra, y podría causar una interrupción importante en las redes de comunicaciones.
En este
sentido, la Nasa afirma que la tormenta solar va rumbo a la Tierra a 1.6
millones de kilómetros (994,193.9 millas) por hora, y ese número podría
aumentar aún más.
Descrito
como una “corriente de viento solar de alta velocidad”, se espera que alcance
guarismos de vientos de hasta 500 km (310.6 millas) por segundo.
Según el
Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de los Estados Unidos, el
impacto puede causar “un apagón de área amplia de la comunicación por radio HF
(alta frecuencia)” durante aproximadamente una hora.
En la misma
línea, vale aclarar que durante la erupción solar anterior se informó de un
breve apagón de radio en la Tierra, como principal suceso.
En este
caso, se trata de una de las erupciones solares más fuertes, descubiertas
precisamente por el servicio del NOAA (la National Oceanic and Atmosferic
Administration) y divulgadas oficialmente por su web del clima espacial.
Una tormenta
solar más fuerte que lo habitual
La erupción
solar del 3 de julio, que se produjo a partir de una mancha en el astro rey
llamada AR2838, en horas de la mañana de ese día, fue clasificada como X1.5 por
el SWPC, lo que indica su fuerza a medida que la tormenta resultante viaja a
través del espacio.
La clase X
denota las llamaradas más intensas, mientras que el número proporciona más
información sobre su fuerza. Un X2 es dos veces más intenso que un X1 y un X3
es tres veces más intenso, y así sucesivamente.
Los anuncios
reflejan que se espera que los satélites en la atmósfera superior de la Tierra
sean perturbados por las llamaradas entrantes.
Lo que
tendrá efecto directo en sistemas GPS, en la señal del teléfono móvil, la
televisión por satélite y potencialmente también en las redes eléctricas, según
la NASA.
Sin embargo,
un lado positivo para aquellos que actualmente se encuentran en los confines de
nuestro planeta: el desequilibrio geomagnético resultante mejorará la vista de
las luces de las auroras en los polos norte o sur.
A través de
su sitio web, la agencia indica que una llamarada solar o solar flare, es una intensa
explosión de radiación que proviene de la liberación de energía magnética
asociada con las manchas solares.
Las
llamaradas son los eventos explosivos más grandes de nuestro sistema solar y se
ven como áreas brillantes en el sol y pueden durar de minutos a horas.
Por lo
general, es posible vislumbrar una llamarada solar a través de sus fotones (o
la luz) que libera, en todas las longitudes de onda del espectro.
Las
principales formas monitoreadas por la Nasa en los destellos son los rayos X y
la luz óptica. Las llamaradas también son sitios donde se aceleran las
partículas (electrones, protones y partículas más pesadas).
Fuente:
Forbes