David Jiménez Mejía y David Bernal Pavas, dos
estudiantes de Economía de la Universidad de Antioquia lograron descubrir un
fraude que por años estaba haciendo el Gobierno frente al precio de la
gasolina.
Frente a una pregunta que todos los
colombianos se hacen: ¿Por qué si el precio del petróleo cae, en nuestro país
el de la gasolina sube? surgió una tesis de grado que se convirtió en prueba
fundamental para desmantelar al Ministerio de Minas y Energía.
La pregunta quizá muchos la hagan, pero pocos
se ponen en la tarea de investigar por qué pasa esto. En su afán por graduarse
los estudiantes encontraron el tema interesante, pero luego descubrieron que su
hallazgo correspondía a un actuar que era inconstitucional y que debía ser
demandado.
Al final de su investigación se dieron cuenta
de que los cálculos que usaba en Ministerio de Minas para fijar el precio de la
gasolina eran inexactos y además inconstitucionales.
Para entender un poco como funciona, los
estudiantes explicaron para el diario El Espectador cómo se fijan los precios.
Las tarifas vienen de distintos factores como:
lo que cuesta extraer el petróleo, lo que gastan en purificarlo, lo que
invierte la compañía en producirlo y los gastos de la estación de servicio. En
el precio final que paga el cliente, el 50% está destinado a la compañía, en
este caso a Ecopetrol o Reficar.
Tras conocer el mecanismo investigaron si el
Ministerio de Minas tenía una fórmula matemática para poder estipular ese
precio final, teniendo en cuenta los factores anteriores.
Otro de los descubrimientos es sobre la base
gravable, que significa esa sobretasa o impuestos, que están destinados a
financiar obras, mantenimiento de las vías o costear sistemas de transporte
público. Con respecto a este tema, se encontró que tampoco existe una fórmula y
al parecer los precios son impuestos por el ministro de turno.
La ley 488 de 1998 estipula que el precio de
la gasolina se debe certificar mensualmente por el Ministerio de Minas y
Energía, pero esto no sucede.
Motivados por los resultados, los estudiantes
decidieron demandar ante la Corte Constitucional. Sin embargo, ante la demanda,
el Ministerio decidió apelar que sus explicaciones no tenían argumentos y que
eran imprecisas.
Finalmente, dos años después de haberse
realizado la demanda, la Corte falló a favor de los estudiantes. La nueva norma
indica que ya no será dicho ministerio, sino el Congreso quien defina el precio
final de la gasolina.
Aunque ganaron, quedaron con el sin sabor de
la tardanza de la decisión, pues los precios incrementaron durante estos dos
años. Además, aún deben esperar dos años más para que sea estipulado.